9/29/2007

CUADERNO 1

PISADAS...
Experiencia conceptual en base a un trabajo fotográfico
CARLOS ZERPA

PISADAS...

Pisadas…
Carlos Zerpa

Yo estaba ahí, delante de las cosas que hacía en arte… contemplándolas, inerte, insatisfecho de verlas tan estáticas, todas encerradas en si mismas… estaba en mi pequeño apartamento en Milán - Italia, el cual estaba repleto de ellas… sin conocer la luz, todas ahí vanagloriándose de ser obras de arte, mostrándose unas a otras sus falsas virtudes y sus maneras correctas.
Fue entonces en la tarde del segundo día, cuando resolví hacer una escultura diferente a todas las que había hecho hasta ese entonces, estaba decidido a cambiar de método.
En la mañana decidí cubrirme los pies de arcilla para calcar hasta el último pelo, hasta la última vena, luego llegó el yeso, la cola plástica, los trozos de alambre para reforzar, la caja de madera… etc.
Y fue así a la mañana del tercer día cuando estuvieron listos los pies de yeso, copia exacta de los míos, pero mas aplastados, con ese toque de deformidad que poseen los pies aprisionados en unos estrechos “zapatos a la moda”, que de la noche a la mañana se liberan y huyen a conocer nuevas cosas que pisar y no tan solo una suela que los separa del piso. (Hoy respiran a sus anchas y besan la tierra)
Una vez listos mis pies - esculturas, los pinté con colores de base acrílica, con el tono de las naranjas y de las zanahorias, mezcla del amarillo con el rojo, luego barnicé sus uñas tornándolas verdes… Y al final cubrí todo con una, dos, tres capas de barniz transparente.
Ya secos, ellos estaban dispuestos a todo.
Como primera cosa los saquè a dar un paseo, una vuelta por ahí, a ver cosas, a pisar cosas.
Estaban felices de no estar adheridos como todas las esculturas y estatuas, a una base o pedestal; ellos se posaban sobre todo: las piedras, la grama, la tierra, la madera, los ladrillos, las baldosas, el metal… Ellos llegaron a donde todos pueden llegar, pisada tras pisada.
Y la suave tierra se infiltraba entre los dedos.
Luego al pasar los días, en un solemne ritual, se dejaron cubrir poco a poco por una pequeña cascada transparente, incolora, inodora e insípida, hasta quedar sumergidos y dejar de ser “sobre” y llegar “entre y bajo” las aguas.
Al rato ya refrescados y limpios, fueron llevados a la cocina de la casa, en donde fueron cocinados con aceite de oliva, cebollas, espinacas, orégano y salsa inglesa, para luego ser servidos como exquisita cena a los “comedores de cadáveres” (amantes de ídolos), que si bien se comían una vaca, un pollo, un cerdo o un conejo, ¿Por qué no podían comerse a un ser humano? Si en verdad a cada momento se les asesina y se les come en pensamientos, en palabras y algunas veces hasta en obras.
A los meses de esos días, los pies – esculturas, reposaban tranquilamente en un armario de la casa, agotados de transportarse de un lado a otro y de posar sonrientes para la maquina fotográfica sobre esas diferentes “bases naturales”.
Así que cuando llegó el día y la hora indicada, fueron bien empaquetados y metidos en un baúl repleto de cosas y objetos culturales, el cual fue llevado en un barco carguero hacia otro destino.
Al llegar a Venezuela, “los caleteros” del puerto de Maracaibo violaron la cerradura del baúl y revolvieron todo buscando cosas de “valor”… Pero que decepción, pues el cofre venía lleno de cosas absurdas que no valían nada, cosas sin sentido que no servían para nada: pinturas sobre tela, libros de literatura y de arte, partituras musicales, textos, manuscritos, fotografías, poemas, dibujos sobre papel y los pies – escultura.
Y así fue que en la noche de ese día en medio de una gran ira, los caleteros del, puerto de Maracaibo, destrozaron a patadas toda la carga artística del baúl y con ella a esa “escultura de viaje”, los pies de color naranja, que dieron su última pisada y murieron hechos pedazos en tierra venezolana.
Y es por eso que yo cuento esta historia.



PASOS...

Estaban felices de no estar adheridos como todas las esculturas y estatuas, a una base o pedestal



Ellos llegaron a donde todos pueden llegar, pisada tras pisada.

ELLOS SOLOS...



Se dejaron cubrir poco a poco por una pequeña cascada transparente, incolora, inodora e insípida, hasta quedar sumergidos y dejar de ser “sobre” y llegar “entre y bajo” las aguas.
en donde fueron cocinados con aceite de oliva, cebollas, espinacas, orégano y salsa inglesa, para luego ser servidos como exquisita cena a los “comedores de cadáveres”
Así que cuando llegó el día y la hora indicada, fueron bien empaquetados y metidos en un baúl repleto de cosas y objetos culturales, el cual fue llevado en un barco carguero hacia otro destino.

CUADERNO 1

Pisadas…
Carlos Zerpa
Experiencia conceptual en base a un trabajo fotográfico
Realizada en Sesto San Giovanni de Milán Italia
Fotografías:
Ricardo Pérez Elorriaga, México y Carlos Zerpa, Venezuela
Cuaderno 1
Editado por:Iván Hurtado León
Dpto. de Publicaciones Institucionales.
Oficina de Diagramación y Diseño
Universidad de Carabobo – Venezuela.
Edición de 1.000 Ejemplares, numerados y firmados.
Año 1975